El Plan Marshall fue creado por Estados Unidos con el fin de reconstruir los países europeos tras la Segunda Guerra Mundial y para contener el avance del comunismo; además de para crear una estructura económica que beneficiara la formación de regímenes democráticos. Para ello se reunió en junio de 1947 una conferencia en París a la que acudió la URSS y donde el secretario estadounidense George Marshall propuso dicho plan, de ahí su nombre. El Plan Marshall permitió a Estados Unidos obtener ciertos beneficios ya que aportaron fondos para el suministro de alimentos, combustibles y materias primas destinadas a los países europeos lo que hizo que estos empezasen a invertir en el mercado industrial estadounidense. Aunque el plan estaba planteado entre los estados europeos también fueron invitados la Unión Soviética y los estados de la Europa del Este, pero se les exigió cambiar los controles externos de su economía al mercado europeo hecho que fue rotundamente rechazado.